Meditar es una práctica beneficiosa para la salud. Este estado de relajación profunda influye positivamente en el cuerpo y la mente. Las investigaciones señalan que está relacionado con una reducción del estrés, presión sanguínea, mejora de la calidad de sueño, retraso del envejecimiento y aumento de la longevidad.
Al principio, meditar puede resultar complicado y desafiante. Mantener la mente tranquila, concentrarte en tus pensamientos, eliminar los que son confusos y negativos y despejar la cabeza, no es fácil.
Sin embargo, cuando somos más conscientes, y las sensaciones y emociones fluyen libremente, nuestro cuerpo reacciona de manera positiva potenciando nuestra claridad, sentimientos y emociones.
¿Quieres aprender a meditar? A continuación mencionaremos cuáles son las mejores posturas para meditar. Con estas posturas, lograrás mayor claridad, calma y concentración.
Tabla de contenidos
Posturas para meditar
Loto completo
La postura de loto completa es una de las más conocidas en la meditación. Promueve la concentración y es cómoda. Además, no es difícil de realizar, incluso si es tu primera vez meditando.
Consiste en sentarse dejando reposar los pies sobre los muslos. El pie derecho sobre el muslo izquierdo, y el izquierdo sobre el muslo derecho. La práctica de la postura de loto completo ayuda a la flexibilidad, impacta positivamente en las funciones fisiológicas de los músculos adyacentes y a la concentración.
Estas posturas tiene otras variantes que puedes probar mientras vayas aprendiendo, como son el cuarto de loto y medio de loto. Ambas presentan diferencias mínimas, pero que influyen en la meditación, por lo que te recomendamos ampliar tus conocimientos de la postura al meditar.
Eso sí, debes hacerlo luego de calentar el cuerpo para que no te lesiones.
Descanso sobre las rodillas
Esta postura necesita un alto grado de esfuerzo y concentración. Requiere flexibilidad y resistencia física. Consiste en dejar reposar las rodillas, apoyar el trasero sobre los pies, estirar la columna vertebral hasta dejar la espalda firme y colocar las manos sobre los muslos.
Hay varias formas de hacer esta postura. Si te sientes cómodo, hazlo sin usar apoyo. Sin embargo, si te molestan las rodillas, o el suelo no es lo suficientemente liso, utiliza una colchoneta o manta.
El cuerpo tiene que estar lo más relajado posible, en especial los muslos y los brazos. No tienes que sentirse tenso, eso solo te desconcentrará e interrumpirá. Recuerda alargar la espalda, pero sin abusar, ya que te puede producir fuertes dolores.
Sukhasana
Esta es una de las posturas más sencillas que existen. Es usada en yoga para alcanzar un alto grado de concentración. Consiste en mantener las piernas flexionadas, cruzar las espinillas, erguir la columna vertebral y abrir el pecho. Para sentirte más cómodo, te recomendamos reposar el trasero sobre una colchoneta.
Puedes dejar las manos descansando sobre las rodillas, o hace un mudra cósmico, una posición para meditar donde se colocan las manos una encima de la otra en el regazo mientras los pulgares se tocan formando una línea paralela al suelo.
Acostada boca arriba
La postura acostada boca arriba es de las mejores para relajar el cuerpo y la menta. Si se hace correctamente, incluso puedes caer rendido de sueño. No es una postura complicada, todo lo contrario. Para realizarla necesitarás tener una colchoneta o cobija donde apoyar la espalda, colocar las manos a un lado, estirar las piernas y separarlas, pero no demasiado siempre a la altura de la cintura, mientras mantienes firme la columna vertebral.
En caso de que te moleste la posición de la cabeza, puedes utilizar una almohada pequeña y dejarla descansar sobre la superficie. Aquí lo más importante es enfocarse en los intervalos de respiración. Hazlo de lentamente, inhala y exhala, hasta que te sientas calmado y tu mente se clarifique.